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"Porque
la salud como la educación es un Derecho Humano y de nuestros pueblos.
Nos sumamos a la difusión y apoyamos esta campaña."
“Apoyemos el derecho a la salud de
nuestros pueblos y a la Misión Milagro”
Desde Caracas, Venezuela, sede del VI
Foro Social Mundial y II Foro Social de las Américas, las
organizaciones, movimientos y redes firmantes subrayamos la
necesidad de seguir luchando por el derecho a la salud de nuestros
pueblos y apoyamos decididamente uno de los más solidarios y humanistas
proyectos que se hayan realizado en el campo de la medicina: la
Misión Milagro.
Según datos de la OMS, entre
40 y 45 millones de personas padecen de ceguera mientras que 136
millones sufren de distintos tipos de deficiencia visual, muchas veces
prevenibles y curables. Es en los países subdesarrollados, según esta
misma organización, donde se concentra el 90 por ciento de los casos.
Cada año se incrementa la cifra de nuevos enfermos y, sin embargo, los
servicios especializados que se requieren, por los que se cobran altos
precios, sólo están al alcance de un por ciento mínimo de la población
afectada. Ni la mayoría de los gobiernos ni los organismos
internacionales han logrado estructurar un plan que dé respuesta
efectiva a los necesitados.
La privatización de
los servicios de salud, la despiadada aplicación del modelo neoliberal y
los tratados de libre comercio con Estados Unidos, no obstante que el
ALCA ha sido frenado por el momento, han hecho más dramática esta
situación.
Contra la lógica de
privatizar y mercantilizar el derecho a la vida y la salud, se levanta
la Misión Milagro, un programa de cooperación iniciado por Cuba
que ya se desarrolla en 24 países de Latinoamérica y el Caribe. Hemos
conocido que en apenas año y medio se han operado alrededor de 210 000
personas de forma gratuita. Una buena parte de ellos había perdido
totalmente la visión y vivió el milagro de recuperarla; en el resto de
los casos, se produjo una notable mejoría de sus capacidades. Miles de
profesionales y técnicos de la salud cubanos se han consagrado a este
empeño.
Misión Milagro
expresa una vez más la vocación internacionalista de Cuba en este
terreno. Más de 100 mil profesionales y técnicos de la salud cubanos han
contribuido a salvar vidas en 97 países de África, Asia y América
Latina, desde los primeros médicos que llegaron a Argelia en 1963, hasta
los más de 2000 que hoy están presentes en Pakistán en condiciones muy
difíciles.
Por su carácter
extraordinariamente humanitario, la Misión Milagro suscita un enorme
respaldo en nuestros pueblos frente a reacciones mezquinas de quienes
ven la salud como un negocio.
Trabajemos por
difundir este proyecto a través de todas las vías a nuestro alcance; por
crear conciencia sobre su significación y su urgencia; por sumar
voluntades y sensibilizar a gobiernos, organismos internacionales,
profesionales de la salud y de cuantas personas, organizaciones e
instituciones puedan colaborar en la expansión de esta obra excepcional.
Consideramos de
enorme importancia impulsar en cada uno de nuestros países el espíritu
de solidaridad que anima a la Misión Milagro y organizarnos para llevar
adelante un plan de acción encaminado a ampliar su alcance en beneficio
de nuestros pueblos y comunidades.
La Misión Milagro
representa una anticipación de ese otro mundo posible por el que venimos
luchando.
Organizaciones y Movimientos que impulsan esta Campaña:
- Confederación Nacional de Indígenas de Ecuador
- Confederación Latinoamericana de Organizaciones del Campo
- Marcha Mundial de Mujeres
- Red de Mujeres Transformando la Economía
- Convergencia de Movimientos de los Pueblos de América
- Movimiento Sin Tierra
- Central de Trabajadores Unidos de Guadalupe
- Grupo Revolución Socialista de Martinica
- Consejo de Unidad Popular de República Dominicana
- Federación Mundial de Juventudes Democráticas
- Alianza Mundial Continental capítulo Costa Rica
- Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes
- Fundación Interreligiosa por la Organización Comunitaria
- Fondo Popular para el Alivio del Huracán Katrina
- Encuentro Popular (Costa Rica)
- Plateforme Haitienne de Plaidoyer pour un Developpement Alternatif
de Haití
- Campaña Sí a la Vida No a las IFIS
- Fundación Cornelio C. Alvarado
- Global Exchange (USA)
- Mesa Agraria Universitaria Nacional
- Organisation Martiniquaise des Arts et Culture
- Centrale Martiniquaise Democratique des
Travailleurs
- Union des Femmes de la Martinique
- Solidaires Unis Democratiques
- Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales
- Corriente Comunista Luis Carlos Prestes
- Asociación Cultural José Martí Rio Grande Do Sul
- Associaciao de Pracas do Estado de Santa Catarina
- Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación (Brasil)
- Sindicato dos Bancarios (Blumenau, SC)
- Sindicato do Saúde (Florianápolis, Brasil)
- Red de redes En Defensa de la Humanidad, capítulo México
- Red de redes En Defensa de la Humanidad, capítulo España
- Movimiento Amplio de Mujeres (Perú)
- Frente Francisco de Miranda (Venezuela)
- Asociación Cristiana de Jóvenes del Ecuador
- Comunidades Cristianas Campesinas
- Misión de Guadalupe (Chiapas, México)
- ANSWER Coalition, USA
- Forum de Economía Solidaria (Brasil)
Apoya con tu Firma y adhesión
"ESTA CAMPAÑA POR LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS"
Envía tu adhesión a:
mision_milagro@yahoo.com.ar
Otra práctica de la medicina es posible
Gilberto López y Rivas
Rebelión
Atacada por algunos círculos de la medicina privada, la llamada Misión
Milagro -programa de cooperación iniciado por Cuba y respaldado por la
República Bolivariana de Venezuela, que ya se desarrolla en 24 países
de América Latina y el Caribe- ha logrado operar y curar de manera
gratuita, en apenas año y medio, a más de 210 mil personas afectadas de
ceguera y otros tipos de deficiencia visual.
La razón por la que fue bautizada así se debe a que recurrentemente
muchos de los enfermos, al recobrar la vista y conocer el rostro de sus
hijos o nietos, exclaman emocionados: "¡esto es como un milagro!"
En uno de los centros de atención de la ciudad de La Habana, un hermoso
hotel cerca del mar, donde estos pacientes son cuidados diligentemente
por jóvenes trabajadores sociales, los "médicos del alma" -según los
llamaría Fidel-, fui testigo de ese "milagro" en la persona de un
humilde limpia coches de la ciudad de Buenos Aires, que relató sus
primeras impresiones, justo en el momento de recuperar la vista después
de más de cinco años de oscuridad total, afectado por una enfermedad
prevenible y curable siempre que se cubran los altos
costos de los servicios médicos especializados. En este centro decenas
de internos relataban experiencias de su peregrinar por los servicios de
salud de sus respectivos países, sin recibir respuesta. Algunos ya
habían abandonado toda esperanza.
La Organización Mundial de la Salud refiere que 90 por ciento de los 136
millones de enfermos visuales se concentran en los países del
capitalismo del subdesarrollo y, hasta el inicio de la Misión Milagro,
ningún gobierno ni organismo internacional había logrado estructurar un
programa que diera respuesta efectiva y en gran escala a los necesitados
afectados por diversos padecimientos de la vista.
No es la primera vez que Cuba lleva al cabo labores internacionalistas
de alto contenido humanista desde que en 1963, y en las difíciles
condiciones de los primeros años de su revolución, su gobierno envió un
destacamento solidario de médicos a Argelia. A la fecha, más de 100 mil
profesionales y técnicos de la salud cubanos han contribuido a salvar
vidas en 97 países de Africa, Asia y América Latina. Aun durante el
llamado "periodo especial", caracterizado por grandes privaciones y
dificultades que vivió el pueblo cubano después del
derrumbe del campo socialista y la desaparición de la URSS, el gobierno
revolucionario fundó la Escuela Latinoamericana de Medicina, que en
agosto del año pasado graduó a su primera generación de mil 610
médicos procedentes de todos los confines de Nuestra América e incluso
de Estados Unidos.
En Cuba cursan su carrera más de 12 mil estudiantes de medicina
procedentes de 83 países: 5 mil 500 de América del Sur, 3 mil 244 de
Centroamérica, 489 de México y Norteamérica, incluyendo 65 jóvenes de
Estados Unidos, mil 41 del Caribe, 777 de Africa subsahariana, 42 de
Africa del Norte y Medio Oriente, 61 de Asia y dos de Europa.
No pertenecen estos educandos a familias pudientes que pueden sufragar
los estudios de sus hijos en facultades de medicina en las que -como en
Estados Unidos- formar a un médico cuesta 300 mil dólares. En su gran
mayoría son estudiantes de origen humilde, quienes, de no haber tenido
la oportunidad que les brinda Cuba, jamás podrían realizar el sueño de
graduarse de médicos. Como se pudo constatar en la Escuela
Latinoamericana de Medicina, los futuros profesionistas reciben su
educación gratuita, y su manutención y estadía están aseguradas durante
los años de preparación profesional.
El comandante Fidel Castro se pregunta: ¿cómo es posible que Cuba, una
pequeña nación bloqueada durante más de 45 años por Estados Unidos hasta
en terceros países -según quedó demostrado recientemente por el
incidente del hotel Sheraton de la ciudad de México-, pueda contribuir
al bienestar de tantos pueblos formando en 10 años a más de 100 mil
médicos? "¿Dónde esta el secreto?", cuestiona el presidente cubano.
"En el hecho real de que el capital humano puede más que el capital
financiero -se responde-. Capital humano implica no sólo conocimientos,
sino también, y muy esencialmente, conciencia, ética, solidaridad,
sentimientos verdaderamente humanos, espíritu de sacrificio, heroísmo, y
la capacidad de hacer mucho con muy poco."
En contraste, los países del capitalismo avanzado no sólo no preparan
profesionales de la salud para los países periféricos, sino que saquean
de médicos al mundo del subdesarrollo: Nueva Zelanda, Reino Unido,
Canadá, Estados Unidos y Australia mantienen su plantilla de
profesionales de la medicina entre 22 a 35 por ciento con emigrantes
provenientes de los países pobres. Un informe de la OMS y de la
Universidad Harvard señala que el subsidio anual del sur al norte por
concepto de esa fuga de personal especializado asciende a 500 millones
de dólares.
En Honduras, Brasil, e inclusive en la propia Venezuela, algunas
asociaciones y gremios de oftalmólogos, y los circuitos corporativos
relacionados con los grandes hospitales privados, han lanzado una
campaña en contra de la Misión Milagro, intentando empañar sus
propósitos nobles y su carácter humanitario. En el fondo están los
intereses de los mercenarios de bata blanca que ven reducir sus
ganancias al "abaratarse" los precios por los servicios profesionales
que la Misión presta gratuitamente. En esas "denuncias" se expresa la
lógica de la privatización y mercantilización del derecho a la salud y a
la vida.
Cuba, por su parte, muestra con la Misión Milagro y con su vocación
médica internacionalista que otra medicina es posible.
Testimonios de los pacientes que viajan desde
Venezuela para recuperar la vista en Cuba
Infiltrado en un avión de la Misión Milagro con destino a La Habana
Por:
Pascual Serrano
Imprevistos de agenda provocaron que tuviera que
adelantar un viaje en avión desde Caracas a La Habana para asistir a
la Feria Internacional del Libro. Inicialmente planificado para el día
5 de febrero, los organizadores de la Feria se vieron en la obligación
de conseguir alguna forma de trasladarme tres días antes. No existían
vuelos comerciales y la única posibilidad fue colocarme en un avión de
los que diariamente utilizan ambos países para trasladar enfermos
oftalmológicos de Venezuela a Cuba con objeto de ser allí intervenidos
quirúrgicamente. Denominada Misión Milagro, la posibilidad de
“empotrarme” casualmente en uno de estos aviones me permitiría lograr
ser testigo privilegiado de ese gran proyecto que, si bien ambos
gobiernos intentan difundir y explicar, es absolutamente silenciado
fuera de esos países.
La Misión Milagro surge en el marco de los acuerdos
entre Caracas y La Habana. Tras crear la llamada misión Barrio Adentro,
por la cual varios miles de médicos cubanos trabajan en las zonas más
humildes de Venezuela, en su mayoría barriadas de precarias viviendas
en las que viven gentes que carecían de los servicios públicos mas
elementales. En esos barrios adentro, la mayoría de los médicos
venezolanos, procedentes de las clases acomodadas con posibilidad de
estudiar, no querían ir a trabajar. El papel de los profesionales
cubanos ha sido fundamental para poder llevar una asistencia
inexistente hasta ahora.
Allí pudieron detectar enfermedades oftalmológicas
de sencilla curación que mantenían en muchos casos en la ceguera a
miles de venezolanos. Un puente aéreo entre Cuba y Venezuela para
intervenciones quirúrgicas podía resolver muchas de esas enfermedades
gracias al importante desarrollo de la sanidad cubana. El acuerdo
contemplaba la gratuidad de todo el proceso para los enfermos.
Me subo a un Boeing 757 con capacidad para 185
personas alquilado por Cubana de Aviación a la empresa islandesa
Icelandair. Ese mismo día 2 de febrero había llegado de La Habana con
63 pacientes ya operados, y una cifra algo mayor de médicos cubanos
que volvían de pasar sus vacaciones en casa en la Isla. Una vez en
Caracas, el avión dejaría parte de los pacientes operados y recogería
un grupo con destino a La Habana. Desde allí haría escala en la ciudad
venezolana de Barcelona, apenas a media hora de vuelo, donde dejaría a
algunos pacientes que volvían de La Habana pero que vivían en esa
región y volvería a recoger otro grupo de esa parte del país con
destino a la capital de Cuba. Todas las plazas se completarían .
Durante todo el viaje, una médico y un enfermero acompañaban a los
pacientes y les atienden en cualquier necesidad.
Entre los enfermos procedentes de Cuba con los que
comparto el trayecto Caracas-Barcelona, se encontraba Benedicta
Zambrano, una anciana de 76 años que apenas con un sencillo camisón se
encontraba haciendo un viaje internacional en avión acompañada de su
hija Isabel. “Yo soy humilde y pobre, estaba muy mala de los ojos, de
cataratas, además de los dos ojos, no podía ver”, me cuenta. Tras
pasar dieciocho días en La Habana se le ha operado de ambos y vuelve
con la vista recuperada. Benedicta me explica que vive en una sencilla
casa alquilada en Caracas y cobra una pensión de 402.000 bolívares,
unos 120 euros. “En los hospitales públicos me dijeron que no me
podían operar y en los privados el precio era de ocho millones de
bolívares (3.600 euros)”, afirma la anciana. Es evidente que no podía
asumir el precio de una intervención que costaba veinte mensualidades
de su pensión. Fue entonces cuando su hija solicitó que se le
incluyera en la Misión Milagro. Una semana después estaba viajando a
La Habana.
Otro de los pacientes intervenidos, ya de vuelta a
su casa, es Albert, de tan sólo cinco años, a quien le han operado de
una catarata congénita en el ojo izquierdo y que deberá volver de
nuevo dentro de tres meses para ser intervenido del otro. Va
acompañado de su madre, Raquel Betancourt, son de Barcelona y nunca
habían viajado en avión. “En Cuba, todo chévere”, dice Raquel. “¿Usted
se imagina cuánto me hubiera costado esto?, mi hijo se hubiera quedado
ciego”, añade. Esta madre trabaja de ama de casa, y su marido hace lo
que le sale, “unas veces de seguridad, otras de trabajo de fontanería”.
Albert fue incluido en la Misión Milagro tras un operativo
oftalmológico en su barrio, donde recomendaron la operación quirúrgica
y le gestionaron la documentación necesaria.
Todos los pacientes coinciden en que todo el
procedimiento es totalmente gratuito. Desde los traslados con un
familiar, hasta los alojamientos de ambos y toda la atención sanitaria
y farmacéutica. Jorge Luis Pérez es el licenciado en Enfermería que
les atiende en el viaje. El equipo suele ser de un médico y un
enfermero por vuelo, si bien en viajes con muchos pacientes pueden ser
dos y dos. “Casi todas las patologías son cataratas y terigio
(carnosidad que va creciendo sobre la córnea) –afirma Jorge
Luis-, y también es necesario que se sepa que todos venimos de forma
voluntaria y gratuita, en nuestros días de libranza”. Efectivamente,
Jorge Luis trabaja en el servicio de emergencias de La Habana, hoy
tenía el día libre y se incorporó como asistente en este vuelo. “El
ministerio de Salud propone a algunas profesionales y después éstos
deciden si aceptan la propuesta o no. No sucede nada si no se hace, a
mí algunas veces me han sugerido viajar en fechas que no podía por
razones personales y he dicho que no”, afirma. Preguntado qué le mueve
a hacer esto, afirma que “en primer lugar porque es un trabajo y una
profesión que me gusta, segundo porque me permite conocer gentes y
otro país y en tercero, he de reconocerlo, porque las dietas en
divisas que nos pagan por salir al extranjero son una ayuda”. Nos
explica que los viajes son diarios y que en diciembre él llegó a hacer
aproximadamente unos diez.
La médica se llama Ana Iris Alvarez, y se ha
incorporado como voluntaria hace tan solo dos meses. Trabaja
habitualmente en el hospital Hermanos Amejeidas de La Habana. Afirma
que su experiencia es “muy buena por tratarse de ayudar a otras
personas que jamás han tenido la oportunidad de la salud, que sufren
enfermedades crónicas, maltratadas y que nunca en su vida han podido
ver”. “Algunas –añade-, han conocido a sus nietos ahora, me emocionó
el caso de un hombre que me dijo que iba a ver a su esposa después de
cuarenta años, se casó con ella sin verla”. Les pregunto a ambos,
médico y enfermero, qué puede mover a los profesionales a dedicarse a
esto después de su horario laboral y ambos responden casi al unísono:
“Sólo el amor al prójimo explica esto, nunca puede ser el dinero. Uno
ve a estos niños sin vista y no puede evitar acordarse de sus hijos”.
Sin hacerles yo la mínima referencia al sistema socialista cubano,
ellos aclaran: “En Cuba tenemos garantizada la salud y ver esto nos
emociona. La salud nunca puede ser un negocio”.
En el avión charlo también con Marcos López, de 64
años, que tiene cataratas desde hace dos años. Afirma que en Venezuela
no se ha podido operar porque no tenía los cinco millones de bolívares
(3.000 euros) que le costaba la intervención. Pidió información en la
consulta de los médicos cubanos en Venezuela en la Misión Barrio
Adentro y en veinticinco días le gestionaron la documentación
necesaria para subirse al avión en dirección a Cuba.
El caso de Yosisi Jacqueline, de la localidad de
Anaco, en el rico estado petrolero de Anzoátegui, me impresionó. Tiene
quince años y nunca ha podido ver la luz por unas cataratas congénitas
en ambos ojos. Su madre, María Rosa, no puede contener la emoción sólo
de pensar que dentro de pocos días su hija verá por primera vez en la
vida.
Un paseo por el avión permite observar un ambiente
muy diferente al habitual en cualquier vuelo internacional. Gente
humilde, campesinos que no se despegan su tradicional sombrero,
mujeres con sus sencillas ropas y su pañuelo al cuello, ancianos,
algunos en silla de ruedas o ayudados por un bastón o algún familiar.
Pocas veces uno puede viajar con tanto “pueblo” en avión. Aquí no hay
corbatas, ni maletines ni teléfonos móviles, tampoco bolsas de compra
de comercios de aeropuertos. En este viaje sólo se ve pueblo que nunca
salió de su provincia ni viajó en avión. Nunca nadie se interesó por
sus problemas de salud, menos aún fletarles un avión para devolverles
la vista. Muchos tienen serias dificultades para desenvolverse por la
falta de visión, emociona ver como todo el personal de Cubana de
Aviación les atiende mimosamente. Llegamos a La Habana a las diez de
la noche, una legión de trabajadores sociales voluntarios, con una
docena de ambulancias, esperan al pie del avión. En Cuba serán
intervenidos en el Hospital Oftalmológico Pando Ferrer o en el
Hermanos Almejeiras, también en Santiago de Cuba. Sólo de pensar que
esas personas que se mueven a tientas volverán en un par de semanas a
Venezuela viendo, puedo comprender la denominación de este programa:
Misión Milagro. Un programa de cooperación
iniciado por Cuba que ya se desarrolla en 24 países de Latinoamérica y
el Caribe. En apenas año y medio se han operado alrededor de 210 000
personas de forma gratuita. Todos ellos han entendido lo que es una
verdadera revolución, la revolución bolivariana de Venezuela y la
revolución cubana.
Y mientras eso se silencia en
los grandes medios de comunicación, diarios como el español El País
dedica en su revista semanal del 4 de septiembre, cuatro páginas a
color con nueve fotos también a color al caso de un niña de Ghana
-insisto, una-, que será llevada a España para ser operada de
cataratas gracias a la ayuda de una fundación integrada por 900
ópticas. Por entonces Cuba acumulaba más de 70.000 venezolanos
operados totalmente gratis de cataratas, estrabismo, cifra que se
doblaría al finalizar el pasado año.
Fuente: Rebelion
Presidente de Bolivia elogia creciente solidaridad Cubana
- Santa
Cruz, Bolivia 23 abril de 2006
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El presidente Evo
Morales destacó la solidaridad de Cuba con Bolivia y
anunció su incremento, al inaugurar el tercer centro
oftalmológico de la Operación Milagro en esta ciudad
del oriente del país.
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El mandatario y el vicecanciller de Cuba,
Rafael Dausá encabezaron el concurrido y emocionante acto, en
el que Morales anunció la instalación de otro centro similar
en Copacabana, ciudad fronteriza con Perú, para brindar
asistencia ciudadanos de esa nación.
"Mientras otros nos quitan la soya y nos
quitan las visas, Cuba nos da la vista", dijo el
mandatario en su discurso.
Aludió así a la decisión colombiana de
firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos,
cerrando virtualmente su mercado a las oleaginosas bolivianas;
y a la negativa de visa de ingreso a territorio norteamericano,
a un viceministro.
Morales anunció el incremento de la
asistencia cubana en materia de salud, también con la
instalación de 20 hospitales de primer nivel donados por el
país caribeño.
En otro pasaje de su intervención, el
mandatario resaltó su amistad con los presidentes de Cuba,
Fidel Castro, y Venezuela, Hugo Chávez, a quienes definió como
"comandantes de las fuerzas de liberación de América Latina".
Por su parte, el vicanciller Dausá señaló
el carácter histórico del acto, enmarcado en las nuevas
relaciones y la fraternidad boliviano-cubana y en los vínculos
de hermandad entre los presidentes Evo Morales y Fidel Castro.
Destacó la presencia en Bolivia de un
contingente de médicos, enfermeros y técnicos de la isla que
trabajan en 180 municipios de los nueve departamentos (provincias)
de Bolivia y que han atendido a 374 mil 772 pacientes en 72
días de labor.
En ese lapso, precisó, los cubanos salvaron
687 vidas, mientras que en la Operación Milagro fueron
intervenidos y recuperaron la visión siete mil 613 bolivianos,
sin costo alguno, en Bolivia y en Cuba.
El centro inaugurado hoy es el tercero,
pues previamente fueron abiertos los de La Paz y de la
población de Villa Tunari, en la región central, y "vamos a
seguir adelante", indicó el viceministro cubano.
Añadíó que, inspirada en la máxima de José
Martí, de que Patria es Humanidad, la isla acoge a 30 mil
estudiantes extranjeros becados, de los cuales cuatro mil 500
son bolivianos.
Hay por otra parte, dijo Dausá, más de
25 mil médicos cubanos en países de América Latina, Africa y
Asia, en ninguno de los cuales Cuba es dueña de una mina o de
una fábrica y solamente posee el cariño y el aprecio de esos
pueblos.
Dirigiéndose al presidente de Bolivia, el
vicecanciller señaló que puede estar seguro de que los
cooperantes trabajan siguiendo el ejemplo de modestia y
respeto, la ética y los principios enseñados por el Comandante
Fidel Castro en 47 años de heroica resistencia.
Los cubanos, prosiguió, trabajan también
inspirados en las tradiciones del pueblo boliviano y guiados
por las enseñanzas e indicaciones del presidente Morales, así
como en la ética indígena andina que proscribe el ocio, el
robo, la mentira y el servilismo.
Dausá consideró pertinente evocar la
memoria del Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara y sus
compañeros caídos con él en estas tierras.Estamos seguros de
que ellos estarían orgullosos de esta obra, como nosotros lo
estamos de su gesta revolucionaria, expresó.
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