El uso creativo de la llamada red de redes, y de las nuevas tecnologías
informáticas y de comunicaciones, puede ayudar significativamente a
desarrollarnos y a defender nuestras ideas, asegura el ministro González
Planas. Digitalizada la telefonía en Guantánamo
Heriberto Rosabal
La digitalización telefónica llegó este fin de semana
hasta la provincia más oriental de Cuba, Guantánamo, a 910 kilómetros de
la capital. Poco antes, llegó también hasta allí la red nacional de
cables de fibra óptica. Todo un suceso para Cuba, donde igual que en
cualquier otro país la comunicación rápida y eficiente constituye una
necesidad básica y tiene un alto valor en todos los sentidos.
“Efectivamente —comentó en exclusiva a Juventud
Rebelde el ministro de Informática y Comunicaciones (MIC), Ignacio
González Planas—, hoy se digitaliza Guantánamo, una de las provincias
más retrasadas del país en las tecnologías informáticas y de
comunicaciones (TICs), lo que a muy corto plazo permitirá incrementar la
densidad telefónica desde 2,4 hasta 3,1 teléfonos por cada cien
habitantes en ese territorio, mejorándose además sensiblemente la
calidad del servicio telefónico”.
La llegada a Guantánamo de la Fibra Óptica Nacional,
precisó González Planas, además de mejorar el tráfico telefónico permite
recibir en la provincia la señal de los canales educativos con óptima
calidad y hacer otro tanto en el futuro con otras transmisiones.
“Ahora solo faltaría digitalizar Las Tunas y Granma
—ambas con muy baja conectividad aún—, lo cual está previsto suceda este
año o a más tardar en los primeros meses del próximo”.
Aprovechando la oportunidad del diálogo con el titular
del MIC, ampliamos acerca de este y otros temas analizados hace apenas
una semana en el balance anual del Ministerio.
—Estos últimos
pasos, ¿en qué situación exactamente ponen a Cuba en cuanto al
desarrollo de su infraestructura de telecomunicaciones y qué beneficio
representa para los cubanos lo que hasta ahora se ha hecho?
—Tenemos que seguir avanzando en nuestra infraestructura
de telecomunicaciones. En todo el país disponemos de 6,37 teléfonos por
cada cien habitantes, con una distribución que no es pareja. Por
ejemplo, en Ciudad de La Habana hay 14 por cada cien habitantes; pero
hay provincias por debajo de tres, y zonas y regiones con menos de dos.
En la misma Ciudad de La Habana tenemos municipios con alrededor de dos
también, los del sur de la provincia en este caso, y sin embargo, Playa,
Plaza de la Revolución y Centro Habana tienen bastante más de 14.
“Esa situación se complica con el hecho adicional de que
las redes de telefonía, aún las más desarrolladas, son muy viejas, las
de la capital inclusive; redes de cobre, con un estado técnico
desactualizado que no puede modificarse tan rápidamente como se cambia
una central telefónica, cosa que acaba de ocurrir en Guantánamo.
“Con la red telefónica hay que llegar, par a par, a cada
casa, y para eso hay que invertir dinero, y además tiempo, para que las
organizaciones responsables de esas inversiones —postes, cables— puedan
lograr una diseminación adecuada”.
—No obstante,
continuará el crecimiento. Según lo que se dijo en el balance anual del
MIC, este año se pondrán en servicio 80 000 nuevas líneas telefónicas.
—Nuestra intención es seguir creciendo hasta alcanzar,
dentro de cuatro o cinco años, alrededor de 20 teléfonos por cada cien
habitantes en Ciudad de La Habana, y de 12 a 14 teléfonos en el resto
del país.
“Para eso se cuenta con los ingresos de la propia rama de
telecomunicaciones, una parte de los cuales viene dedicándose
sistemáticamente a las inversiones que potencian esta infraestructura a
un ritmo que ha permitido, entre el año 1994, cuando se creó ETECSA, y
el momento actual, incrementar alrededor de dos teléfonos por cada cien
habitantes a 6,37; y de un 4 por ciento de digitalización en 1995 a un
80 por ciento en la actualidad.
“La conectividad es muy importante para los cubanos. En
primer lugar, en este momento todavía hay mucha ansiedad con la
comunicación telefónica. La gran mayoría de la población a lo que aspira
ahora mismo es a tener el teléfono, y todavía es una cantidad
relativamente pequeña de personas la que accede al tráfico telefónico.
“Hay aún lugares aislados a los que les falta una mínima
comunicación, y poblados de 500 y más habitantes que no tienen
comunicación alguna. Hasta ahí pensamos que puede llegarse con más
rapidez ahora, cuando vamos a integrar las inversiones de la telefonía
fija, y de la telefonía inalámbrica, para poder conectar a esos lugares
más aislados en los que, si dependiésemos del cable, demoraríamos mucho
y sería muy costoso.
“Entonces, está previsto este año incrementar esas 80 000
líneas, una parte con telefonía inalámbrica y otra parte con telefonía
fija. Ese es un incremento sensible (20 000 más que en 2003) que permite
mantener un ritmo de crecimiento con el cual se ha podido, en cinco
años, duplicar la cantidad de líneas disponibles en el país.
“Sigue siendo insuficiente, pero será cada vez más
robusta esa infraestructura. Se ha mejorado mucho la transmisión a
partir de la red nacional de fibra óptica, que ha creado una capacidad
de tráfico suficiente.
“De la digitalización de todas las capitales de
provincias va resultando una telefonía de más calidad, de más cantidad y
de mayor posibilidad de crecimiento de los números. Y tenemos que ir
trabajando por llegar ahora a los lugares de más difícil acceso”.
—Es decir,
¿irradiar desde las capitales de provincias hacia el resto de los
territorios?
—Esa es la tarea más urgente. Ahora tenemos casos,
incluso, en los que disponemos de capacidad de telefonía en una planta y
no tenemos forma de darle salida. Reitero que cambiar una central
telefónica es una acción inversionista relativamente corta, pero hacer
las redes es llegar a cada barrio, a cada cuadra, a cada casa con el par
físico, y eso requiere más tiempo y además mucho dinero.
—En ese
contexto, el acceso a la transmisión de datos, a Internet y al correo
electrónico, muy relacionado a su vez con la extensión cada vez mayor
del uso de computadoras, es todo un capítulo. ¿Qué está ocurriendo ahí?
¿Cuál es la política al respecto?
—En nuestra reunión de resumen de los resultados del año
2003 y de discusión de las tareas principales para 2004, explicamos que
el país cuenta hoy con un estimado de 270 000 computadoras, de estas el
65 por ciento en red; que hay 1 100 dominios punto cu, más de 750 sitios
en Internet y más de 480 000 cuentas de correo electrónico. Toda la
prensa, nacional y local, está en Internet. Varias estaciones de radio
transmiten en Internet en tiempo real, y Cubavisión Internacional está
también disponible en la red.
“Estas cifras —logradas a pesar de nuestras limitaciones
en la infraestructura de comunicaciones— muestran un crecimiento
importante, pero todavía son, por supuesto, insuficientes. Los 6,37
teléfonos por cien habitantes, y las redes viejas y deterioradas,
dificultan generalizar un acceso totalmente eficiente a Internet.
“Lo que se ha avanzado ha sido posible aplicando una
política de acuerdo con nuestra situación económica y con nuestros
planes de desarrollo. Hemos privilegiado el uso de Internet en el ámbito
social, en Salud Pública, Educación, Ciencia y Técnica, Prensa y
Televisión nacional y local, cultura, banca, las ramas más importantes
de la economía y, más recientemente, los servicios a la población.
“Esta política ha facilitado un uso intenso de las
posibilidades técnicas de conexión, y un acceso amplio y creciente que
debe continuar aumentando sistemáticamente. Cientos de miles de personas
acceden en Cuba a Internet, y cada día serán más las que lo hagan. Solo
a través de INFOMED, el servicio de Internet de la Salud Pública,
acceden personalmente cerca de 30 000 profesionales, médicos y
paramédicos. En la Educación Superior prácticamente todos los profesores
y la gran mayoría de los estudiantes se comunican con Internet, con
restricciones vinculadas solo al tiempo de máquina disponible y a las
velocidades que permiten nuestras redes.
“Los trabajadores de los centros científicos y de
investigación y desarrollo tienen condiciones que aseguran su acceso a
Internet, su actualización científico-técnica constante, y el
intercambio expedito con sus homólogos de otros países. Una gran parte
de los periodistas usan Internet a diario en su trabajo.
“En los 300 Joven Club de Computación, presentes en todos
los municipios del país, acceden a través de TINORED miles de jóvenes
cada día. Los centros municipales de cultura permiten el acceso
sistemático de escritores, artistas y otros trabajadores de la Cultura,
y a través de las salas de navegación de los correos, servicio que
apenas comienza, irá accediendo directamente y de manera progresiva la
población en general.
“Además de todo eso se crean condiciones para multiplicar
el uso de la informática en el país. En primer lugar con el esfuerzo por
enseñar computación desde el pre-escolar: todas las escuelas del país
cuentan con computadoras que se usan además en el proceso
docente-educativo, incluyendo 2 368 escuelas con paneles solares, entre
estas 93 que tienen como matrícula un solo alumno. En la Educación
Superior hay una máquina por cada 12 estudiantes, que utilizan
masivamente esta tecnología. La Universidad de las Ciencias Informáticas
(UCI), de reciente creación, cuenta ya con 4 000 estudiantes y comenzará
a graduar 2 000 profesionales al año a partir del período 2006-2007, lo
que se suma a la existencia de facultades de Informática en todas las
universidades del país. Un total de 30 000 estudiantes cursan estudios
para programadores y en otras especialidades informáticas de nivel
medio.
“Se hace un gran esfuerzo por potenciar la industria
cubana del software, con énfasis en la salud, la educación, la banca,
las telecomunicaciones, el turismo, la cultura. En un futuro próximo
será una práctica cotidiana el uso de software cubano en la
telemedicina, en la tele educación.
“Se estudian e implementan soluciones para aliviar y
hacer más eficaces los servicios a los ciudadanos, y por desarrollar el
comercio electrónico.
“Esto solo para darte algunos ejemplos ya que me
preguntas, y teniendo en cuenta —dicho sea de paso— que andan por ahí
algunos cables que afirman que estamos reprimiendo Internet”.
—Esos medios
de prensa aluden a una resolución del MIC que supuestamente impide el
acceso de los cubanos a Internet. ¿Es así?
—Nada más lejos de nuestra realidad actual. En un mundo
donde el acceso a Internet es solo para elites, donde miles de millones
de personas no han visto nunca un teléfono, ni tienen esperanza ninguna
de acceder, porque, además, gran parte no sabe leer ni escribir, el
camino posible para los países subdesarrollados, y el más democrático y
masivo, es el que nosotros estamos recorriendo. No tengo la menor duda.
“Las especulaciones de esos cables y reportes de medios
de prensa internacionales en estos días, manipulan una medida elemental
de protección a las redes y a los clientes de Internet.
“El mundo anda lleno de hackers, de virus, caballos de
Troya, ilegalidades en el uso de las redes, pornografía en Internet. En
todas partes, todos los días, se toman medidas para impedir ese
desorden, imprescindible para que las redes funcionen bien. Cuando somos
nosotros quienes tomamos algunas medidas elementales de control de la
legalidad, enseguida surgen las críticas, los preocupados por las
‘libertades’ de los cubanos, a quienes puede acotárseles que somos,
aunque les pese, el pueblo más libre de la Tierra.
“Puedo decirte categóricamente que no hay ningún cambio
en la política establecida para Internet, cuyos fundamentos son que
todos los que cumplan las regulaciones vigentes seguirán accediendo, que
el acceso de los cubanos a Internet seguirá creciendo, en la medida en
que la conectividad lo permita, y que vamos a actuar con firmeza contra
las ilegalidades, en defensa de la Red. En la reciente Cumbre Mundial de
la Sociedad de la Información, presentamos el informe Cuba: las TICs
para todos, que explica con claridad nuestra situación actual y
nuestra política sobre este tema.
“Resultó evidente en la Cumbre que nuestra práctica
pudiera ser muy útil para los países del Tercer Mundo, cuya situación
económica y social demanda soluciones particulares que no tienen nada
que ver con las que utilizan y proponen los países ricos.
“En esa dirección seguiremos trabajando, convencidos de
que el uso de Internet y de las nuevas tecnologías de la informática y
las comunicaciones, si se hace creativamente y a partir de la situación
específica de nuestros países, puede ayudarnos significativamente al
desarrollo y a la defensa de nuestras ideas y derechos, como ha dicho
nuestro Comandante en Jefe”.
—En el caso de
Cuba, ¿cómo influye el bloqueo de Estados Unidos en el acceso a las
TICs, del cual se dice en el mundo que es democrático y se declaró en la
Cumbre de Ginebra que debe ser igual para todos?
—El bloqueo dificulta extraordinariamente todo. En el
documento que preparamos para la Cumbre en Ginebra se explica con
bastante claridad lo que significa el bloqueo. Estados Unidos es dueño
de la más alta tecnología, produce equipamiento muy eficiente, muy
moderno, es dueño además de la industria del software en buena medida, y
sus empresas transnacionales lo son incluso en muchos otros países.
“Nosotros, en cambio, por el bloqueo, tenemos que
recurrir a mecanismos complejos para adquirir a veces algunas
tecnologías, y a veces no podemos adquirirlas. Tenemos que contentarnos
con soluciones que no son las que quisiéramos en algunos momentos. Nos
salen más caros los equipamientos, muchas veces hay que traerlos desde
lugares distantes.
“Por suerte, tenemos colaboración importante con países
que tienen un desarrollo tecnológico significativo, como China,
suministradora de las centrales digitales de Guantánamo, Sancti
Spíritus, la Isla de la Juventud; que nos da facilidades además para
incrementar esa tecnología de alta calidad en el país”.
De la Cumbre sobre la Sociedad de la Información, Ignacio
González Planas tiene una anécdota referida al otro bloqueo, el que a
escala universal se deriva de la llamada “brecha digital” que existe
entre ricos pobres:
“En la Mesa Redonda en la que participé representando a
Cuba, el delegado de un país africano dijo en medio del debate acerca
del acceso de nuestros países a las TICs: ‘¿De qué estamos hablando
aquí, si en mi país tenemos solo 0,16 teléfonos por cada cien
habitantes?’.
“Me pregunto si esa es la posibilidad de acceso ‘libre’ y
‘democrático’ a Internet, y en general a estas nuevas tecnologías que
muchos ponderan”.
Las TICs y el bloqueo
El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba obstaculiza
seriamente el acceso de nuestro país a las nuevas tecnologías
informáticas y de comunicaciones:
—Desde 1962, Cuba tiene prohibido el acceso a las
telecomunicaciones y equipos de cómputo de cualquier compañía o
subsidiaria estadounidense.
—Por el bloqueo, el sector cubano de las
telecomunicaciones ha sufrido pérdidas millonarias en las actividades de
telefonía básica e inalámbrica, sistemas de alarma, comercio electrónico
y comunicaciones postales. Solo en la actividad telefónica, las pérdidas
ascendieron a 21,7 millones de dólares, en 2002.
—Si no existiera el bloqueo, con una participación de
solo el 0,1 por ciento en el mercado del comercio electrónico de Estados
Unidos, que rebasa ampliamente los 500 000 millones de dólares anuales
(dato del año 2000), Cuba pudiera ingresar más de 500 millones de
dólares al año.
—Debido a la imposibilidad de comprar en el mercado
estadounidense, la empresa cubana CITMATEL, suministradora de equipos de
computación a centros científicos de la Isla, tiene muchas veces que
adquirir estos a través de terceros países y pagar hasta un 30 por
ciento más en relación con el precio en EE. UU.
—El 10 de abril de 2003 el Departamento de Comercio de
EE.UU. denegó una licencia de exportación a USA/Cuba-Infomed,
organización no gubernamental humanitaria radicada en California, que
pretendía, como en ocasiones precedentes, donar 423 computadoras a
hospitales y policlínicos cubanos para apoyar la red de diagnóstico e
informaciones médicas. “Esta exportación sería perjudicial a los
intereses de política exterior de los Estados Unidos”, adujo.
—Cuando el ejército norteamericano desarrolló el correo
electrónico, Cuba no tuvo acceso a ese servicio, ni a know-how técnico,
ni a equipamiento. Hasta mayo de 1994 permaneció bloqueado para los
cubanos el acceso a sitios norteamericanos en Internet. Cuba no pudo,
por tanto, enrolarse tempranamente en Internet.
—La ley Torricelli, de 1992, que reforzó el bloqueo,
identificó las comunicaciones con Cuba como una manera de debilitar al
régimen revolucionario.
—No depende de Cuba conectarse a Internet a la velocidad
que desee hacerlo, o con tantos canales y proveedores independientes
como pueda elegir. Cada vez que Cuba intenta añadir un nuevo canal a
Internet, la contraparte estadounidense debe obtener la licencia
apropiada del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. De modo
similar, si una compañía norteamericana quiere abrirle un nuevo canal a
Cuba o decide aumentar la velocidad de la conexión, se debe expedir una
licencia.
—La actual conexión cubana a la llamada red de redes no
ofrece el ancho de banda adecuado para satisfacer la demanda del país.
El bloqueo obliga a Cuba a utilizar un ancho de banda y conexión al
satélite caro y lento. El problema podría resolverse si se conectara un
cable de fibra óptica entre Cuba y el estado de la Florida, pero las
autoridades estadounidenses no lo han permitido.
Los espejismos de Internet
El acceso a Internet está bien lejos de ser un beneficio
para las grandes mayorías:
—El 90 por ciento de la población mundial no tiene acceso
a Internet.
—Más del 70 por ciento de los conectados viven en los
países desarrollados.
—-En África, menos del uno por ciento de la población
tiene acceso a Internet. Más de la mitad de los conectados son
sudafricanos. A la carencia de líneas telefónicas se une la de la
electricidad. En Ghana, solo el 20 por ciento de los hogares tiene
corriente eléctrica; en Namibia, el 5 por ciento; en Senegal, el 2,3 por
ciento; y en Mozambique, el 0,4 por ciento, según cifras de la Unión
Internacional de las Telecomunicaciones (UIT).
—En Centroamérica el acceso a Internet es un lujo. En
Guatemala tiene acceso el 0,6 por ciento de la población; en El
Salvador, el 0,7; en Nicaragua, el 0,04; y en Honduras, el 0,03 por
ciento.
—Incluso en grandes y populosas naciones del Tercer Mundo
son muy pocos ciudadanos los que pueden acceder a Internet: en México,
el 4,6 por ciento de la población; en la India, el 1,6 por ciento; y en
Indonesia, el 1,8 por ciento.
—En Rusia, otrora potencia, solo el 4,2 por ciento de los
ciudadanos accede a Internet.
—Las estadísticas internacionales señalan que los sitios
más frecuentados en Internet son los pornográficos y los de juegos on
line. En el año 2003, según la INTERPOL, se registraron más de 17 000
sitios dedicados a la pedofilia.
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