1ra.-
La extinción
masiva de la Era Pérnica, donde desaparecieron más del
noventa y cinco porciento de las especies vivas, tanto de tierra como de
los océanos, por la elevación drástica de la temperatura global y altas
concentraciones de CO2 (carbono doce, específicamente).
Fue,
inicialmente, a causa de erupciones volcánicas en cascada del suelo
siberiano (lo que hoy día se conocen por las "Trampas Siberianas"), que
provocaron cambios bruscos en todo el planeta y un consecuente efecto
invernadero, que se revirtió en la elevación de la temperatura global en
cerca de cinco grados.
Océanos, como
parte real, también elevaron su temperatura, a tal punto que bastó para
liberar el hidrato de metano en grandes cantidades depositado, aun, en las
profundidades de ellos (su suelo), y trajo como catastrófica consecuencia
la elevación de la temperatura del planeta en al menos otros cinco grados
más.
Devino la
debacle.
2da.-
La colisión de
un gran asteroide cerca de las costas de México provocó algo similar, y
dio al traste con la vida en el planeta de los Dinosaurios y otras tantas
especies.
Y se
preguntarán, ¿a qué viene tanta retórica?
Para nuestro
paso, el lenguaje me fue tan común y oportuno en la historia registrada
del ser humano, como la misma película "Blade Runner".
Dos guerras
mundiales, holocaustos, discriminaciones, extinciones, cambios climáticos,
efecto invernadero.
Alguien le
preguntó a Albert Einstein que ¿cómo él pensaba que sería la tercera
guerra mundial?, y, sin dudar, respondió: ¿la tercera?: no sé;
ahora, lo que si les puedo asegurar es que la cuarta será a palos y
piedras.
Al vuelo, pues,
y no creo que Einstein haya errado mucho; la precisión sólo puede estar
trunca al no especificar los protagonistas.
Jorge
Bousoño
La Habana Cuba
(2.07.2007)