21 de septiembre de 2006
Para salvar la vida tenemos que
luchar por la verdad, por la justicia, y hacer de la solidaridad una tarea
de todos, exhortó Ricardo Alarcón de Quesada, presidente del Parlamento
cubano, a cubanos y chilenos asistentes al homenaje al ex canciller
chileno Orlando Letelier, asesinado hace hoy 30 años en una calle de
Washington, la capital estadounidense, junto a su asistente Ronni Moffitt.
En su discurso reveló que justo
este miércoles acaban de ser desclasificados 15 documentos oficiales
estadounidenses relacionados con la Operación Cóndor, que revelan el papel
cómplice de Estados Unidos, en especial el conocimiento que del atentado
tenían Henry Kissinger y sus principales colaboradores, y lo que hicieron
o lo que dejaron de hacer sobre los planes de asesinatos de personalidades
de América Latina.
El atentado terrorista fue
planeado por los servicios secretos chilenos, la DINA, y los terroristas
de origen cubano Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, quienes unos días
después participaron en la voladura del avión cubano en Barbados, que
costó la vida a 73 personas.
Bosch vive tranquilamente en Miami
luego del perdón presidencial otorgado por George Bush, padre, y Posada
espera ser liberado por Bush, el hijo.
Sin embargo, señaló, mantienen
desde hace ocho años en prisión a cinco cubanos antiterroristas, quienes
tenían la misión de buscar información sobre los nuevos planes de
atentados y sabotajes de la mafia de Miami.
Letelier y las otras víctimas del
terrorismo vivirán siempre que seamos capaces de hacerlos vivir, exigiendo
castigo para los asesinos y sus cómplices, concluyó el Presidente del
Parlamento cubano.
En el acto habló también Tato
Ayress, director de la Casa Memorial Salvador Allende, y fue presidido
entre otras personalidades por José Arbesú, vicejefe del Departamento de
Relaciones Internacionales del Partido, y el embajador de Chile en Cuba,
Jaime Tohá.
EE.UU. no hizo nada para
impedir el atentado
El Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington
reveló este miércoles documentos que prueban los vínculos de la CIA, antes
y después del asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier, con
Manuel Contreras, jefe de la DINA chilena y uno de los principales
organizadores del Operativo Cóndor. Exigen al gobierno norteamericano
develar los documentos que posee sobre la participación de Pinochet en el
acto terrorista.
21 de septiembre de 2006
En el aniversario 30 del asesinato
del ex embajador chileno en EE.UU. Orlando Letelier y su colega
norteamericana Ronni Karpen Moffitt, el Archivo de Seguridad Nacional de
la Universidad George Washington solicitó este miércoles al gobierno de
EE.UU. desclasificar todos los documentos sobre la participación del
general Augusto Pinochet en la voladura del automóvil de Letelier el 21 de
septiembre de 1976, uno de los más sonados actos de terrorismo que ha
tenido lugar en la capital norteamericana.
Según Peter Kornbluh, director del
Proyecto de Documentación sobre Chile del Archivo, «en el actual contexto
de la guerra de la administración norteamericana contra el terrorismo
internacional, es importante saber la historia completa de los escasos
esfuerzos de EE.UU. para detectar y disuadir un plan terrorista que tuvo
lugar en el corazón de Washington D.C., en 1976».
Centenares de documentos que
implican a Pinochet por autorizar y cubrir crímenes en el Operativo Cóndor
fueron desclasificados durante la administración de Clinton, pero
terminaron siendo congelados en el 2000 porque supuestamente servirían
como evidencia para una investigación iniciada por el Departamento de
Justicia sobre el dictador chileno.
(Documento 1_19761008)
El Archivo, una institución académica independiente, develó este miércoles
una nota enviada el 8 de octubre de 1976 al secretario de Estado Henry
Kissinger, que reseña el acercamiento de la CIA al jefe de la policía
secreta chilena (DINA), Manuel Contreras, para investigar la participación
del Operativo Cóndor en el atentado terrorista del 21 de septiembre de
1976 contra el ex embajador chileno, cuyos autores materiales fueron
cubanos anticomunistas bajo las órdenes de la DINA.
La nota secreta fue escrita por el
representante de Kissinger para América Latina, Harry Schlaudeman, y en
esta se afirma que Contreras había negado que «la Operación Cóndor tuviera
cualquier otro propósito que el intercambio de la inteligencia».
A pesar de que el atentado había
tenido lugar unos días antes en el centro de Washington DC, la nota no
hace ninguna referencia contra Contreras sobre los asesinatos de Letelier
y Moffitt, «aun cuando la administración norteamericana contaba con
suficientes evidencias de que la DINA chilena era la autora más probable
del crimen», afirma Kornbluh. En 1978, Contreras fue procesado por un gran
jurado de EE.UU. por dirigir el ataque terrorista.
Entre los memorandos dirigidos a
Kissinger, publicados por el Archivo, se encuentran una serie de
documentos que vierten luz sobre lo que sabía el gobierno de EE.UU. acerca
de la Operación Cóndor —la colaboración de los servicios secretos de la
policía del Cono Sur para secuestrar, torturar y asesinar a opositores en
los años 70, con el beneplácito de Washington— y qué acciones tomó o no
pudo tomar antes del asesinato de Letelier-Moffitt.
Según Kornbluh, el 23 de agosto de
1976 la oficina de Kissinger envió una queja diplomática (demarche),
cuidadosamente redactada, a los embajadores de EE.UU. en Chile, Argentina,
Bolivia, Uruguay y Paraguay, para entregarlo a los respectivos gobiernos,
en la que se habla de la connotación pública de los asesinatos que se
estaban produciendo en esos países. Pero el día siguiente, el embajador de
EE.UU. en Chile, David Popper (Documento 2_Condor 07)
replicó que no iba a entregar el informe a Pinochet porque «él puede tomar
como un insulto cualquier referencia que lo conecte con tales estrategias
para ese tipo de asesinato». En su lugar, Popper solicitó permiso para
enviar al jefe de la estación de la CIA en Chile a conversar con Contreras.
Por las razones que siguen ocultas en documentos aún clasificados,
Schlaudeman no autorizó ese acercamiento hasta el 4 de octubre, dos
semanas después del atentado contra el auto de Letelier en Washington.
Por razones también «desconocidas»,
el 20 de septiembre de 1976, un día antes del asesinato de
Letelier-Moffitt, Schlaudeman ordenó a su propio representante a que les
dijera a los embajadores del Cono Sur: «no organizar ninguna otra acción»
—es decir, criticarlos por los asesinatos—, porque «no ha habido informes
en las últimas semanas que indican la intención de activar los operativos
del Cóndor». (Documento 3_Condor 09) En su nota del 8 de
octubre a Kissinger, referida al memorando de la CIA sobre la conversación
con Contreras, Schlaudeman aseguraba que «el acercamiento a Contreras me
parece a mí suficiente acción por el momento» porque «los chilenos son el
motor de Cóndor».
(Documento 4_19760830):
El archivo también desclasificó una segunda nota de Schlaudeman a
Kissinger que da cuenta de un cable del embajador de EE.UU. en Uruguay
Ernest Siracusa, donde expresa sus preocupaciones sobre el alcance
terrorista que ha tomado el Operativo Cóndor. En su nota a Kissinger con
fecha del 30 de agosto de 1976, Schlaudeman da a entender que conoce
perfectamente los planes del operativo y asegura que: «Estamos tratando de
evitar una serie de asesinatos internacionales que podrían hacerle un daño
serio a la reputación de los países implicados».
Kornbluh opina que es evidente que
EE.UU. sí tenía señales de los planes de asesinatos del Operativo Cóndor,
donde Chile «era el motor impulsor», y que estos aparecen en el memorando
de la CIA que refiere la conversación con Contreras y el cable de
Siracusa, documentos que permanecen censurados por la actual
administración norteamericana. (Archivo de Seguridad Nacional de
la Universidad George Washington).
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Orlando Letelier del Solar
(13 de abril de 1932 / 21 de septiembre de 1976). Político y economista
chileno, miembro del gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende,
asesinado en Washington por los agentes de la dictadura de Augusto
Pinochet en 1976.
En 1971 fue designado embajador en
Estados Unidos por el presidente socialista Salvador Allende. Dos años más
tarde, sirvió como ministro de Relaciones Exteriores, y luego como
ministro de Defensa.
Tras el golpe militar del 11 de
septiembre de 1973, que llevó a Pinochet al poder, Letelier fue detenido y
torturado, siendo enviado a una prisión política en la Isla Dawson en el
Estrecho de Magallanes. Después de su liberación, fue a Washington en
1974, donde trabajó para restaurar la democracia en Chile.
Los terroristas anticubanos
Guillermo Novo Sampoll, Ignacio Novo Sampoll, José Dionisio Suárez,
Virgilio Paz Romero y Alvin Ross fueron los autores materiales del
horrendo crimen.
Orlando Bosch, no estuvo
físicamente en el lugar de los hechos, pero se tienen evidencias de que
participó en la conspiración, y que era el vínculo con la DINA, como jefe
del CORU.